Where The Lines Overlap » {Adrien O'Pray}

La mañana ya de por si se presentó catastrófica para mí cuando ví que sería hoy el encargado del comedor. Esperaba no tener que parar alguna discusión o una guerra de comida. Aunque no lo aparentásemos, los profesores temíamos situaciones así porque al rato eramos los blancos de los francotiradores. Por suerte la cosa andaba calmada y pude escaparme hacía la cocina para robar magdalenas recién hechas. Ya me tenían fichado así que sería complicado, pero cuando entré la cocinera me lanzó una al aire. Extrañado la comí sin queja alguna. -Adri, está tarde la tienes libre, ¿verdad? Con una sonrisa satisfactoria asentí con la cabeza. En verdad aprovecharía para seguir organizando una acampada en el bosque que tendría lugar más adelante. Entonces fue cuando vi su mirada y me dí cuenta de que tuve que haber mentido. -¿Cuidarás a mis sobrinos pequeños esta tarde tal y como prometistes? Abrí los ojos sorprendidos. ¿Cuándo quedamos en eso? -Me dijistes ... "te debo una" la otra vez que te salvé de una bronca... Suspiré y tuve que aceptar. Algunas veces pensaba que yo era el único palurdo del lugar al que todos tomaban el pelo.

Lo que quedó de mañana fue normal. Dí un par de clases de natación e hice una sustitución como socorrista en la piscina. Cuando acabé me dí una ducha rápida y me puse el bañador. Con el coche fui hacía la dirección que me había dado la cocinera. Los dos chicos no eran del todo como esperaba en un primer momento. Sabían comportarse y parecían tranquilos aunque sabía que a lo largo de la tarde me darían algún que otro problema. Los de sobre 7 u 8 años tienen demasiada energía. -Tengo una idea, vamonos al Paraiso. Y entonces comprobé la transformación de la formalidad a la locura. -Siii, chicas en biquinis....- corearon los dos enanos. Me quedé un poco flipado pero luego no pude evitar reírme al ver que a esa edad ya pensaban sobre chicas.

Cuando llegamos les dí instrucciones de que se quedasen en la orilla jugando. Supuse que no me habían escuchado porque los tenía sujetos de los manguitos mientras ellos intentaban deshacerse de mí. Una vez soltados comenzaron a correr. -Críos... -dije poniendo mi toalla sobre la arena y sentándome para luego ponerme los cascos y escuchar algo de música. Eché un vistazo pero sólo topé con algunos chicos del campamento que no conocía pero su rostro me era familiar y ... Belle. Esa chica la conocía de bastante tiempo y me caía muy bien pero nos distanciamos un poco cuando escuché ciertos rumores de su noviazgo. -Eih profe Adri ¿a quien miras? -No soy tu profe soy tu canguro y no miraba nadie así que ve al agua.

Aunque no quisiera, no podía evitar echar alguna que otra ojeada sin ser descubierto a Anabelle. Anda con una amiga pero ni rastro de su chico. Con la idea de que lo hubiese dejado una sonrisa apareció en mi rostro. No, no debía de ser así pero es que me alegraba un poco. Ella me había gustado en su día pero luego me fui alejando para evitar algo más que una amistad. Ademas de que yo a ella no le importaba tanto cómo para llegar a más. El chaval se fue a seguir jugando con su hermano cuando de pronto alguien me hablo. No me hizo falta girar la cabeza para saber de quien era. -Sólo me tomaron el pelo... -le sonreí e hice hueco para que tomase asiento a mi lado.

En verdad me extraño que se acercase porque había sido algo distante estos últimos días. No me gustaba la idea de que estuviese saliendo con un tío. Vale que no era asunto mío pero tampoco se lo reprochaba. Era de los de sufrir en silencio. -¿Tú novio te deja salir sin él?-pregunté observando que sólo había una chica en el lugar donde antes Annabelle había estado. -¿O le has dado una patada en el trasero y andas soltera de nuevo? -dije mirando ahora a sus ojos con una sonrisa para darle a entender que eso último me gustaba más.

Off: *.* Ya tengo Internet ilimitado así que contestaré más a menuda