Cincuenta Sombras de Grey RPG +18 {Normal}

Seattle, Washington, Estados Unidos. Conocida como la ciudad esmeralda o la puerta al pacífico, quizá también debería ser la nueva ciudad del pecado, ya que no tiene absolutamente nada que envidiar a Las Vegas o Los Ángeles. Las calles de Seattle esconden un oscuro, muy oscuro secreto. Algunos dirían que es todo cuestión de ocultarse entre las sombras...

El exitoso multimillonario Christian Grey tiene en la ciudad la sede de su multinacional, Grey Enterprises Holdings Inc. Muy atractivo, inteligente, adinerado y hasta hace poco, el soltero de oro del país. Pero Anastasia Steele, una inocente jovencita que justo terminaba sus estudios universitarios, fue a tropezarse con el señor Grey. Ella, que jamás había sentido nada por un hombre, tuvo una conexión inmediata con él y no muy puritana precisamente. Grey no tardó en interesarse en la apuesta joven, lo que ella no sabía es que ambos no parecían hablar en los mismos términos. Finalmente, Grey le confesó a Anastasia cual era su oscuro secreto, ese que le hacía sonreír como si supiera algo que el resto del mundo desconociera. Como bien le dijo en su apartamento: "Yo no hago el amor. Yo follo… duro." Y de repente, el mundo del sexo duro y extremo se abrió ante los ojos de Ana. Como muchos otros hombres y mujeres de esa pequeña comunidad, oculta a los que son ajenos a ella, Grey era practicante del BDSM (Bondage, Disciplina y Dominación, Sumisión y Sadismo, y Masoquismo), prácticas sexuales que se llevan a cabo con roles muy específicos en que uno de los integrantes de "la pareja" es el amo y el otro el sumiso. El señor Grey le ofreció a Ana ser su sumisa, pero antes de firmar papel alguno, ambos llegaron al acuerdo de probar como iban las cosas, ya que ella era muy inexperta y él, quizá demasiado. Pareció que pronto acabaron olvidándose de ese contrato y su montón de cláusulas, normas y acuerdos, estaban cada vez más cerca de ser una pareja, cuando Anastasia accedió a una sesión extrema, por probar que le deparaba el futuro si accedía a ser sumisa del hombre al que amaba, solo por complacerle. Tras unos crudos azotes que fue incapaz de soportar, huyó del apartamento de Christian, llegando a la conclusión de que jamás podría satisfacer las necesidades oscuras de ese hombre tan torturado.

Tanto Christian Grey como el resto de practicantes de dicho modo de vida lo mantienen en secreto, ya que no acaba de ser aceptado por la sociedad. Empresarios, estudiantes, del más rico al más humilde, entre los que se encuentra la mismísima Elena Lincoln, mujer que inició a Grey y la última sumisa de éste, Leila Williams, que ha resultado acabar obsesionada con él, para mal de Ana, quién se ha convertido en algo así como el blanco de sus retorcidos pensamientos. Y no solo ellos, Anastasia parece que atrae a la más varopinta tipología de hombres, ya que ha ido a parar al peor trabajo que podía buscar, creyendo que es el sueño de su vida. El editor del Seattle Independent Publishing, Jack Hyde, también tiene un secreto muy oscuro, peor aún que el de muchos otros. Aunque ahora Ana no es capaz ni de preocuparse por su bienestar y percatarse de que se ha metido en la boca del lobo, demasiado dolida por la pérdida de Christian, creyendo además que a él le ha dado absolutamente igual deshacerse de ella, tanto como hacerlo de las otras. Lo que no sabe es que parece ser que al fin ha logrado abrirle los ojos al imperturbable señor Grey y puede que algo más que eso.

Amos, sumisos, sexo y muchos secretos... La línea entre el placer y el dolor es muy delgada.
¿Y tú Invitado, te atreves a entrar?

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